La iglesia de Frías merece una
mención especial en este periplo por las Merindades. Porque Frías no solo
presume de castillo colgado, también guarda un tesoro menos conocido, pero
igual de imponente: la iglesia de San Vicente Mártir, antiguo templo colegial
que corona el casco histórico con su silueta sobria y poderosa que se alza como
otro de los grandes símbolos del pueblo.
La iglesia de San Vicente Mártir,
que fue colegiata y cuyo origen se remonta al siglo XIII, la iglesia mezcla
elementos románicos y góticos, testigos del paso del tiempo y de las
transformaciones arquitectónicas que ha sufrido. En su interior se conservan
varios retablos y detalles que reflejan el esplendor eclesiástico de épocas
pasadas, aunque lo más singular está en su torre: la original se desplomó tras
ser alcanzada por un rayo, y fue reconstruida en el siglo XX, otorgándole una
apariencia diferente pero igualmente fotogénica.
Desde el entorno del templo hay
unas vistas fantásticas del puente medieval y del paisaje que rodea a Frías,
haciendo de este lugar uno de los mejores miradores del pueblo.
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