Dicen que "el menú del día", símbolo de la restauración española, no atraviesa su mejor momento, que está en peligro de extinción. Y en días como el de hoy se ha puesto por las nubes, a precio de carta de boda cuando las bodas eran otra cosa y los invitados a estas eran verdaderamente invitados.
La madre del chaval ha decidido que a la ofrenda se va comido, y en plena espera en la calle don Jaime, planta la mesa y la silla de camping.
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