La postal debía estar dedicada al
Faro del Caballo, pero cuando llegamos a la cima del primer escalón la noche se
echaba encima y descender sus 763 escalones para posteriormente volverlos a subir y recorrer el bosque en la oscuridad aconsejaba dejar la aventura para otro día. El trayecto por el monte Buciero tiene los
suficientes atractivos para poner un sello y buscar un buzón.
El Monte Buciero domina Santoña y
el mar Cantábrico. Además de riqueza ambiental, con sus bosque de encina y
laurel, ofrece unas vistas impresionantes a Santoña, a Laredo y su bahía, desde los también impresionantes acantilados que
recorres en las numerosas rutas y lugares de interés que ofrece: desde
yacimientos paleolíticos a fortificaciones napoleónicas, y por supuesto el faro
del Caballo, construido en 1863.
Nuestra senda comienza junto al
Fuerte de San Martín, y tras tener un ligero contratiempo con un rebaño de
cabras, llegamos a los escalones demasiado tarde. Lo buenos es saber que habrá
que volver porque merece la pena
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