La torre campanario de la Iglesia
de San Pablo, con sus 63 m de altura era originalmente exenta cuando fue
construida en el siglo XIII. Quedará envuelta por lo que se conoce como
claustra, uno de los espacios más curiosos, de los muchos que tiene la iglesia.
Esta claustra aparece con las obras de ampliación de las naves del siglo XIV,
lo que origina que desde la calle no se pueda ver la parte inferior.
Como ejemplo del mudéjar aragonés,
se levanta con ladrillo de planta octogonal y estructura similar a la de los
alminares almohades, debido a sus constructores mudéjares. La conforman dos
torres, una envuelve a la otra y entre ambas discurren las escaleras cubiertas
por una bovedilla construida por aproximación de hiladas. La torre interior
contiene cinco estancias superpuestas de planta circular y bóveda hemiesférica
a las que se accede desde la escalera. El remate de la torre es un chapitel
realizado en 1849.
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