“El Gran Canal es la sala más
lúcida de aquel museo” Pérez Galdós. 1888
El Gran Canal tiene casi 4 km de
longitud; atraviesa Venecia desde los accesos a tierra firme en la Piazza de
Roma o la estación de trenes hasta la plaza de San Marcos en el Adriático.
A pesar de tener esa gran
longitud y de dividir completamente la ciudad, el canal sólo cuenta con cuatro
puentes, y hay que echar pie a los vaporettos que circulan en zig-zag de un
lado a otro o a las góndolas que lo atraviesan de orilla a orilla si quieres
cruzar.
Sin duda recorrerlo en vaporetto
es la mejor manera de conocerlo. Desde la Piazza Roma hasta la dársena de San
Marcos, y así durante el recorrido poder contemplar casas, palacios, mercados,
cafes, terrazas, restaurantes e iglesias que conforman las orillas, en muchos
tramos sin aceras o pasarelas, aunque cuando existen estas se muestran
colapsadas por el personal.
Un conocido muy aficionado a la
fotografía de barcos y mares ya nos comentó que llega un momento que
enloqueces, que no sabes a donde mirar ante semejante circulación fluvial de
todo tipo de embarcaciones y de estampas admirables. Allá donde mires hay un
cuadro, una postal esperando a ser atrapada por el objetivo, junto a sus
protagonistas los gondoleros, pescadores, turistas… Si nada más salir de la
estación de Santa Lucía lo primero que ves es a una niña tumbada en una lancha
leyendo un comic y de fondo la cúpula verde de San Simeón Piccolo, en seguida te
das cuenta que has llegado a una ciudad de otra dimensión
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