San Adrián de Sasabe, cuyo origen
se remonta al estilo visigótico, nos muestra una historia llena de leyendas,
incluidas las que entroncan con el Santo Grial
Esta iglesia es el último vestigio
de uno de los monasterios más importantes de Aragón y sede episcopal de Aragón durante
el dominio musulmán de la ciudad.
La iglesia, enterrada durante siglos
hasta mediados del XX por el cauce del rio Lubierre, es de gran sencillez; una
nave única con techumbre de madera cerrada en ábside semicircular de bóveda de
horno.
A ese interior extremadamente austero
se nos ofrece el exterior con detalles arquitectónicos más profusos donde las características
más señeras del románico jaqués y del lombardo se unen como en pocos sitios.
Situado en el término municipal de Borau, es uno de los
monumentos más desconocidos del valle del Aragón, no en vano por algo le llaman
a esta parte del Pirineo el Valle Escondido.
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