O lo que queda del castillo de Cabrejas del Pinar, pero que nos da idea de como pudo ser por la enorme torre del homenaje cuyos restos se mantienen en pie. Los huecos dejados por las vigas nos hacen intuir que
dispuso de cuatro plantas en unos muros de un grosor de 2 metros.
Estos restos fueron testigos de un Cabrejas del Pinar de
obligado paso en la ruta que desde el valle del Duero dirigía a la zona de los Pinares
sorianos, camino de ida y vuelta de los ejércitos califales, y a partir del
siglo XI de la repoblación cristiana en manos del obispado de Osma
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