"Ask not what your country can
do for you, but what you can do for your country". J.F. Kennedy 1961
La anterior carta hablaba de aniversarios. Tampoco era la primera dedicada a ellos porque no hay año que no vivamos inmersos en varios. Cada vez hay más que celebrar o se considera que todo motivo tiene su justificación para hacerlo.
Hemos disfrutado de diferentes celebraciones que nos han llevado desde los 25, los 50 o los 75 del origen de nuestras cofradías al nacimiento de secciones de instrumentos, pasando por la creación de nuestros pasos, algunos ya más que centenarios, actos, cultos y procesiones o incluso de la llegada de la costalería a Zaragoza.
Como todo aniversario su celebración sirve para poner en valor o reivindicar lo que apreciamos. Y así distinguimos nuestra historia, valoramos nuestro patrimonio, sea material o inmaterial (procesiones, marchas de tambores...), y rendimos homenaje a los que nos precedieron y sentaron los cimientos de lo que somos y tenemos.
Y como se organizan exposiciones, se presentan libros, hacemos procesiones extraordinarias... se puede dar la sensación de que las celebraciones de nuestras cofradías se preparan para el exterior, lo cual no está mal, porque "el celebrar" debe ir unido siempre al verbo "compartir". Pero somos los propios, los primeros que necesitamos conocernos mejor para querernos más, defender lo nuestro, aprender el porqué de las cosas y ver que ningún tiempo pasado fue mejor ni peor, sino distinto.
Cuando conoces a fondo el devenir de una cofradía es posible ver que la historia se repite en muchos casos. Que cosas que ahora das por asumidas o aceptadas, en su momento su implantación pudo crear debate, controversias, enfados o distanciamientos. Y que en momentos de crisis, es verdad, no es frase hecha, siempre han salido fortalecidas, especialmente gracias a aquellos que nunca se bajaron del barco o fueron capaces de dar el testigo con fidelidad. Las personas pasamos y somos los responsables de lo bien o mal que se hagan las cosas, pero la institución permanece y nunca tendrá la culpa. Traduce la frase de Kennedy el día de su investidura como inquilino de la Casablanca y trasladalo a tu junta de gobierno, a tu sección de instrumentos, a tu cofradía. Eso no quita que haya gente que haya salido "escaldada", "quemada", "harta". Es lo que tienen las interaciones entre personas, nos ayudan a construir nuestra identidad pero cuando no se está de acuerdo en ideas o actitudes los conflictos surjen fácil.
En la conferencia con la que se abrió el ciclo dedicado a "el beso de Judas" organizado por la cofradía del Prendimiento, Armando Cester ofreció una tipología del comportamiento cofrade. No va del tipo "Tontos de capirote", sino desde la visión de un doctor en teológía que es cofrade y hablaba para cofrades. Todo queda resumido en como contemplemos y dialoguemos con nuestras imágenes. Y si no nos dicen nada, tenemos un problema como cofrades y con los cofrades. Desde el Hermano Mayor al infantil. El comportamiento de los personajes en el paso del Prendimiento te lo dice todo.
Disfruta de los aniversarios dispuesto a fortalecer las relaciones, porque si celebras algo es para hacerlo distendido y relajado. Y quedarse con los buenos recuerdos para crear nuevos que rememorar en el próximo aniversario.
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