Hay ciudades que tienen sus cementerios incorporados a sus rutas culturales y al encanto de su patrimonio artístico e histórico. El de Zaragoza no está incorporado a la ruta de cementerios reconocidos por el Consejo de Europa, pero tiene su encanto y es un testimonio importante de la historia de nuestra ciudad; de ahí la labor del Ayuntamiento desde hace ya varios años por dar valor al mismo y marcar itinerarios temáticos siguiendo tumbas destacadas.
Zaragoza no es cuna de grandes toreros ni folclóricas, ni su
nobleza ni alta burguesía en el pasado ha sido dada al exceso de mostrarse en
evidencia. Aún así hay monumentos y tumbas, signos, escudos y elementos de todo
tipo y condición. Desde las significativamente religiosas, hasta las dignas de
una escena de terror; desde las entrañables hasta las inquietantes o
simbólicas. Sirva esta entrada de pequeña muestra.
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