Meses antes del Mundial 82 con el Heraldo regalaban una revista a color dedicada al acontecimiento. Nos ponía al día de la organización, de los campos, los equipos participantes, sus estrellas... Cada semana, su página central era un poster dedicado a una de ellas. Me gusta recordar, lo que no quiere decir que fuera así, que el primer poster fue dedicado a Diego Armando Maradona. Fue desgrapado del suplemento y acabó colgado con "papelcelo" en las paredes de mi dormitorio.
Luego llegaron los de Rummenigge, Zico, Rossi, Boniek, Blokhin.... pero ninguno pasó de la revista a la pared. Solo lo hizo la estrella emergente de Boca Juniors, en tiempos donde los ídolos, los que merecían un poster en cuartos de niños y adolescentes, se forjaban en las noticias de telediarios y programas de radio. Por eso para nosotros "el pelusa" será el mejor jugador de la historia; porque es al que vimos hacer lo que no hacían otros en aquellos maravillosos años.
Por esos años, un cartel de WATED con la cara de Cristo también adornaba la habitación. Un mundial después, "Maradona miró al cielo y Dios le tendió la mano", que cantaba Melendi, para, minutos después, marcar el gol de los goles, siempre unido a la narración de Victor Hugo Morales..." Dios Santo, viva el fútbol ¡Golazooooo! ¡Diegoooooo! ¡Maradona! .... en una jugada memorable, en la jugada de todos los tiempos..... Barrilete cósmico... ¿De que planeta viniste para dejar en el camino a tanto ingles, para que el país sea un puño apretado gritando por Argentina?.... Gracias Dios por el fútbol, por Maradona, por estas lágrimas.....
El jugador no tardaría en morir. La persona en desvanecerse por infiernos y purgatorios, pero la eternidad ya vivía en él desde aquel 22 de junio de 1986.
Más de veinte años después, Franco Zuculini, un argentino nacido en 1990, lo llevaba tatuado en su pierna. Es cuando Gonzalo le dice "Messi es mejor", a lo que Zuculini, entonces jugador del Real Zaragoza haciendo la pretemporada le responde "no seas boludo, Leo puede ser el mejor, pero el Diego es Dios".
Y es que, como cantaba Andrés Calamaro, "Maradona no es una persona cualquiera. Es un hombre pegado a una pelota de cuero. tiene el don celestial de tratar muy bien el balón. Es un guerrero. Es un ángel y se le ven las alas heridas. Es la Biblia junto al calefón".
No es un Dios, pero si un icono del siglo XX, y por eso ahí sigue colgado de la pared de nuestra juventud.
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