“Con Llanes todo, sin Llanes
nada, fuera de Llanes todo se acaba…” ., rezan los versos de Álvarez Posada. Y
es que la villa marinera de Asturias es de las que cautiva, con su impresionante
casco histórico cruzado por una ría que introduce el mar y los barcos hasta el
corazón de la ciudad. Palacios y casas blasonadas, un enorme templo y las
ruinas de un monasterio. Colmados y comercios, restaurantes y sidrerías (aunque
la preferida sea Casa Poli y esté en Puertas de Vidiago), playas y atalayas que
miran a los Picos de Europa, miradores y los Cubos de la Memoria…. convierten
el lugar en un ir y venir de gente, de turistas y veraneantes como nosotros, de
historias de indianos y cineastas enamorados
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