domingo, 31 de mayo de 2020

VIAJES POR ARAGÓN: El Frago

















































El Frago me evoca a mi compañero Txema, más allá de que en su termino municipal se encontrará hasta hace siete años la única Comunidad Terapéutica pública para drogodependientes. Sus carreteras entre pinos y encinas, recorriendo las sierras prepirenaicas de las Cinco Villa, son una atracción para  moteros como Txema desde la cercana Biota donde tiene uno de sus refugios. Además, para un ateo con alma de hebreo como él, el paseo por las callejuelas de su judería siempre le resulta evocador pues en muchos sitios se refieren a El Frago como poseeedor del conjunto epigráfico judío más importante de Aragón.

No solo de los judíos vive El Frago. Hermosa y poderosa se levanta la iglesia de San Nicolás de Bari, que si bien su actual fábrica data del siglo XVI, su origen se remontan al XII. De entonces se conservan los dos puertas románicas que podemos ver entre las fotografías de arriba. De este mismo siglo tenemos la ermita de San Miguel.

Camino del pozo Zarrampullo donde podemos darnos un baño, pasamos por la antigua Comunidad Terapéutica del gobierno de Aragón. En los 80 del siglo XX se confinaba a los heroinómanos en tratamiento donde se podía. Esta estuvo en funcionamiento hasta 2013, cuando el perfil de los toxicómanos eran bien diferente y las CT necesitaban no tanto encontrarse aisladas del mundo sino facilitar la inserción social en las redes normalizadas. Hubo que haberse cerrado este recurso muchos años antes. 




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