Inusual repercusión la provocada
por una epístola del serial pasado bajo el mismo título. Entre las filias y
fobias originadas, un ínclito e influyente (también "influencer")
miembro de entre "los cincuenta" llegó a señalarnos que las cosas
iban a funcionar con más decoro y respeto a nivel litúrgico, a lo cual
respondimos que nos alegrábamos y que ojala fuera así. No dolieron prendas en
reconocer, y lo volvemos a reiterar, que San Cayetano tuvo una gran
organización, con mejoras incluidas, durante la Semana Santa de 2019.
Nos acercamos a otra, ya estamos
en puertas de la Cuarema. Se oyen cosas, y cuando preguntas que soluciones se
van a ofrecer en el funcionamiento de San Cayetano nadie aporta respuestas (al
menos a los cofrades de número). Se escucha que la Diputación Provincial,
propietaria del templo, va a sacar a
concurso la gestión del mismo. Que mal suena ¿verdad? lo de sacar a concurso y
el verbo "gestionar" para un recinto todavía sagrado para muchos y
que aúna un sin fin de pasiones.
Es lo que hay, y lógicamente una
institución aconfesional como la Diputación tiene la obligación de velar por el
patrimonio de todos. Si se ha llegado a esta situación es porque la Iglesia
(como institución) cada vez tiene menos capacidad humana para ocuparse de todos
sus frentes; y San Cayetano dejo de ser uno de estos una vez los Teatinos
abandonaran el mantenimiento del culto en la Real Capilla y falleciera el Padre
Barceló.
Dicen que hay un funcionario (lo
conocimos ya el año pasado) que, cuando se precisa, acude encantado con las
llaves, atiende las necesidades solicitadas y hasta pone la calefacción. Algo
falló en este proceso el día de Santa Agueda cuando la feligresía se encontró
con la puerta cerrada. Unos dicen que, habiendo culto en el Portillo, DPZ, y
Arzobispado conjuntamente decidieron no abrir la iglesia. Otros que la
asociación que alienta la devoción el 5 de febrero no solicitó en tiempo y
forma su apertura..... el caso es que .... adiós al San Cayetano que conocimos
para el día de Santa Agueda.
Este sábado 22 de febrero los
cofrades tuvimos la celebración de envío. Se nos convocaba por la Junta Coordinadora en la iglesia de San
Felipe para recordarnos que cada uno de nosotros
debe creerse el ser enviados para comunicar y expresar cuál es el sentir y
vivir cofrade de la Cuaresma y la Semana Santa. Posiblemente la comodidad de
los sacerdotes y de los organizadores hacía conveniente el que discurriera en
San Felipe, pero ¿ves?.... otro paso atrás de San Cayetano, la que siempre
hemos considerado casa de todos. 170 metros separan una iglesia de la otra.
La comodidad. Ya hay cofradías
que, dejémoslo por comodidad, ya no se acercan por San Cayetano en procesión.
Hubo un tiempo en que esta iglesia era inhóspita entre obras, andamios, perros....
y sin embargo las cofradías no renegaban de celebrar sus actos y festividades
en ella. Vivimos y recordamos como se
hacían las misas cofrades allá por 1987 y 1988 entre andamios (también Santa
Agueda), o en 1989 ya sin estos, pero sin suelo se seguía trayendo la megafonía
alquilada para celebrarlas. Es cierto que en 1990 y 1991 se optó por San
Felipe, los recuerdos ni las fuentes consultadas aluden los motivos, pero el
viacrucis del Viernes de Dolores de la Sangre de Cristo si que tuvo lugar en
ambos años.
Sabiendo que, incluso dentro de
casa hay quien (por comodidad litúrgica, volvamos a dejarlo ahí), estaría
encantado de abandonar San Cayetano, los que no pensamos lo mismo hagamos lo
posible por facilitar las soluciones.
¡¡Bravo!!
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