Volvemos a encontrarnos con Kay, el surfista alemán de la playa de Oyambre. Un tipo curioso, un enamorado del norte de España, especialmente de la fabada y las croquetas de cabrales. También se enamoró de una lugareña en sus primeras vacaciones por estas tierras a donde acudió a surfear. Se casaron, se fueron a vivir a Alemania, tuvieron hijos y todo junto hace que no haya verano que no pare por aquí.
No lo vemos todos los años. Desde que sus hijas empezaron a ir al colegio no siempre tienen vacaciones las semanas que ellos decidan. El pragmatismo alemán hace que repartan las semanas de vacaciones escolares según el land, y así no sale a la carretera o a los aeropuertos todos los germanos a la vez. Son así, y a Kay le desespera.... y encima sin croquetas. Le entiendo ¿que haríamos nosotros sin juntar a los primos de las diferentes comunidades autónomas si existiera ese reparto?
Ya lo dice la pareja de Kay, a ver si mis hijas se enamoran de un español y volvemos al pueblo a jubilarnos.
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