martes, 5 de marzo de 2019

CARTAS COFRADES 2019-V: La Magdalena.

Cofradía del Cristo de los Desamparados. Fotografía Gerardo Sancho. Archivo Municipal
La iglesia zaragozana recupera para el culto el templo de la Magdalena tras dieciocho años cerrado por obras. Una gran noticia pues, junto a sus méritos artísticos, estamos hablando de una de las parroquias más antiguas de la ciudad, dado que las crónicas ya nombran allí una iglesia a los pocos años de la conquista de Zaragoza a comienzos del siglo XII. Y para nosotros además, una de las iglesias referente en la Semana Santa zaragozana desde los primeros momentos de sus modernas cofradías.

Bajo la torre mudéjar de la Magdalena es normal situar el difícil paso de los costaleros de la Humildad desde 2014, sin olvidar que, canónicamente, es su parroquia. Y que decir de la Piedad, desde 1939 en viacrucis por las calles del Boterón y de la parroquia del Gallo.


Pero a no ser que te lo hayan contado, o leas a los "clásicos" (García de Paso, Pradas...), no relacionarías a la Magdalena con la cofradía del Descendimiento. Resulta que tras participar en su primer Santo Entierro en 1940, las procesiones de 1941 y 1942 en la noche del Jueves Santo  tuvieron su inicio en esta iglesia. Allí eran convocados los hermanos a las 22,30 horas para el rezo de la Hora Santa Mariana, y las referencias hablan de una iglesia abarrotada cuya capacidad resultaba insuficiente para acoger a fieles y cofrades. Terminada la oración, la procesión discurría por el Coso, calle Alfonso y Manifestación para recogerse en San Cayetano en espera de la procesión general del Viernes. En 1943 los jesuitas inauguran ya la nueva iglesia del Sagrado Corazón en la plaza de San Pedro Nolasco y comienza una nueva etapa. Con motivo de los 75 años de la cofradía, el Descendimiento retorna en 2015 a la puerta de la Magdalena para realizar desde entonces en la vieja plaza la predicación del Descendimiento.

Otra gran cofradía de nuestra ciudad, la Columna, aún tiene un mayor arraigo en su pasado con la Magdalena y las calles de su barrio. Desde su primera procesión particular en la madrugada del Viernes Santo de 1941 hasta 1965, la comitiva tenía su final en esta iglesia, ya viniera el desfile desde San Cayetano hasta 1951, de San Juan de los Panetes de 1952 a 1960 o de Santiago entre 1961 a 1965. Por las publicaciones de la RPAIyP Cofradía del Señor atado a la Columna sabemos que cuando se traslada la salida a San Juan de los Panetes es porque, para el volumen que estaba adquiriendo la cofradía, la Magdalena no ofrecía la capacidad necesaria para guardar lo necesario todo el año. Y el motivo definitivo por el que, tras 25 años en la Magdalena, se cambia de sede, es tras la reforma efectuada en el dintel de la puerta que no permitía la entrada de los pasos, teniendo que retornar a San Cayetano al concluir su tradicional viacrucis por las calles del barrio. Si lees el libro del bicentenario de la Columna también se cita la poca colaboración del párroco de entonces para mantener a la cofradía con la Magdalena, sin duda la que mayor relación ha tenido con esta importante iglesia zaragozana. Es más, un símbolo de unión se mantuvo hasta 1980 con el Cristo de la Magdalena, aquel para el que hicieron una peana en 1961, pero que desde el año siguiente era portado tan solo por un hermano.

Gerardo Sancho. Archivo Municipal

El Cristo preside a día de hoy el altar mayor ante el sagrario (desconozco si ese era su lugar antiguamente), y puedes encontrar una fotografía de aquella peana en el libro del cincuentenario de la Columna y también en el Tercerol-Cuadernos de Investigación nº 14 en un artículo de Jorge Sesé sobre imaginería procesional desaparecida o sin uso. En la web de la Columna puedes encontrar la única foto conocida siendo portado el crucificado por un hermano. La vinculación con la parroquia aún se mantuvo entre 1969 y 1982 procesionando por las calles de la parroquia entre Santiago y San Cayetano. Y solo la eternas obras que han mantenido cerrada la Magdalena durante lustros no permitieron que en las celebraciones del 75 aniversario de la RPAIyP cofradía del Señor atado a la Columna, realizaran una salida extraordinaria durante la Cuaresma de 2015 desde esta iglesia, teniendo que hacerlo desde el convento de las Madres Agustinas de Santa Mónica.

Gerardo Sancho. Archivo Municipal
Pero la impronta que dejó la Magdalena sobre la Columna tiene su episodio más curioso, que tardó más de treinta años en cicatrizar, cuando se tuvo que cortar parte de la columna del paso titular para poder atravesar la puerta de la iglesia. En ningún sitio se deja claro cual fue el año de los 60 en que tal atentado artístico se llevó a cabo. Pudo ser en 1964 con la remodelación del dintel de la iglesia o unos años antes por alguna modificación en el paso. En 1996 fue cuando se devolvió al conjunto escultórico su altura original.

Detalle de un dibujo titulado "Recuerdo de la parroquia. Fuente Libro del Bicentenario

Gerardo Sancho. Archivo Municipal

Ya sabes, la iglesia de la Magdalena espera tu visita. Sea espiritual, cultural, artística o simplemente por curiosidad. Su milenaria historia va al compás de la de la ciudad, y aún con pinceladas, también con nuestra Semana Santa. Y cuando entres, nada más hacerlo a la derecha te estará esperando el Cristo de los Desamparados, un crucificado del siglo XVI con el que entre 1960 y 1969 procesionó la cofradía del Cristo de los Desamparados. Compuesta íntegramente por gitanos, rezaban un viacrucis en la tarde del Domingo de Ramos por las calles de la parroquia y participaban con tal imagen en el Santo Entierro por delante de las Siete Palabras. Poco sabemos de esta cofradía, tan solo las pequeñas reseñas en los libros de Alfonso García de Paso. Túnica verde con cinturón morado y un velo verde cubriendo el rostro ceñido con una cinta morada. Yo tan solo conozco la foto del archivo de Gerardo Sancho.


La iglesia de la Magdalena, la que da nombre a un barrio y reclamada por el Ayuntamiento como de su propiedad (yo entro, veo Cristos, cruces, vírgenes y santos y no tengo duda a quien pertenece o por lo menos para que sirve.), nos abre sus puertas y vuelve a estar entre nosotros. Además el conjunto escultórico del altar mayor nos recordará al de San Cayetano al ser obra los dos de Ramirez de Arellano y un troceado retablo de Damian Forment dedicado a la Pasión resulta de lo más exquisito.











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