Sobre una de las curvas del Ebro,
los árabes construyeron un castillo (alcaba) que quedaba transformado en una
isla en crecidas, como las que hemos tenido días atrás.
Miguel de Cervantes en el
invierno de 1568, como paje del Cardenal Julio Aguaviva y Aragón, se hospedó en
la casa del duque de Villahermosa en Pedrola, pudiendo conocer así las
poblaciones cercanas y como durante las crecidas del Ebro, Alcalá casi se convierte
en una isla.
Y así, en el capítulo 25 de la 2ª parte del Quijote, leemos"digo
pues, que con todo su acompañamiento, llegó Sancho a un lugar de hasta 1.000
vecinos, que era de los mejores que el Duque tenía. Diéronle a entender que se
llamaba la Insula Barataria, por lo barato con que se le había dado el
gobierno".
Que pena que por el de Avellaneda
no llegara a Zaragoza, como era deseo de Don Quijote, participar en las Justas
de San Jorge, y se fuera a Barcelona. Una pena para Zaragoza y una de las
grandezas de la segunda parte de la mejor novela de la historia.
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