Es difícil encontrar cada año
nuevas propuestas que nos convoquen a lo que nos gusta, aunque nos conformemos con poco que nos den. También es de agradecer que siga habiendo gente que sume (en este caso San Cayetano 3, AC Terceroles y Olmo&Sese). Desde el Miércoles de Ceniza en San Cayetano 3 huele a Semana
Santa. Y no es una metáfora al uso, pues en ese local huele todo el año. “Aromas
de Pasión” lleva por título la primera exposición fotográfica que nos ofrece
esta Cuaresma. Tienes de tiempo hasta el 5 de marzo para presenciarla, y como
te digo siempre; yo no me la perdería.
Las instantaneas son magníficas,
como no puede ser de otra forma, por los nombres que las firman, en su mayoría
cofrades y alumnos de dos estupendos maestros de la fotografía de Semana Santa.
Plasmar el olor, es difícil, pero lo consiguen gracias al dominio del juego de
luces y sombras, combinados en el instante preciso que todo fotógrafo sabe controlar.
Además, diversos elementos relacionados con el incienso y las velas, con
carteles divulgativos completan la exposición junto a un documental elaborado
por Nacho Parral.
Un neófito en ciertos temas no se
podía ni imaginar la cantidad y variedad de olores de inciensos que puede
llegar a haber. San Cayetano 3 nos los ofrece e incluso facilita que puedas
disponer de ellos allá donde tu quieras, y evocar esos momentos vividos en procesiones
o actos litúrgicos donde el humo denso y su olor característico envuelven en
misterio nuestros espacios, nuestras imágenes y nos ayudan a unir lo humano con
lo divino. Por eso la Iglesia, al igual que otras religiones, lleva siglos
usando el incienso en sus celebraciones. “Que mi oración suba hasta ti como el
incienso, y mis manos en alto, como la ofrenda de la tarde” (Salmos 141,2. Que conste en acta que google facilita mucho ilustrar con citas entrecomillas). Por cierto, desde que no dejan encender los incensarios en el interior de San Cayetano, el inicio del Santo Entierro, para los que salimos de los últimos y desde el dentro ha perdido ese olor que nos envolvía desde la infancia.
Pero no solo del aroma del
incienso viven nuestras procesiones, también del de las velas de cera que, a
pesar de los argumentos sobre las esquinas del cierzo se han puesto durante décadas
para evitarlas en nuestras procesiones, muchas cofradías han conseguido
demostrar que si se puede. Un cartel de la exposición nos alecciona del por qué las velas tienen que ser de cera de abeja, "porque solo estas pueden simbolizar
la carne pura de Cristo recibida de su Madre Virgen". La mecha se interpreta como el alma de Cristo
y la llama representa su divinidad. Y además la llama blanca que producen las
velas de cera de colmena, y su nulo residuo, hizo que fueran las favoritas
para no perjudicar pinturas ni retablos. Mira lo que hemos aprendido entre
parches, tambores, mazas, baquetas, recuerdos varios, amigos y hasta confección de
hábitos, en tan reducido espacio, pero gran lugar de encuentro cofrade, a la
sombra de “nuestra Casa”, que es en lo que se ha convertido San Cayetano 3. Hablando de velas y luz. El libro de Enrique Martínez que editara hace unos años la AC Redobles nos ilumina en este tema y para esta ciudad sobre la "LUZ".
Me apetece alargarme un
poco más, aunque esto creo que lo he contado más veces y en más sitios. Un
malentendido pudo suponer allá por 1942 de punto de inflexión en las
procesiones zaragozanas en cuanto a la utilización de hachas de cera por las
que llevamos de mentirijillas algunos en nuestras procesiones. Los cirios los compraban las cofradías y se
pagaban a merma; es decir no se abonaba el cirio por unidad sino por kilos,
pudiendo devolver la cera no consumida. Se pagaban los kilos consumidos más la
mitad como plus por el perjuicio que suponía el trabajo de limpiarlas,
ordenarlas en espera de otros actos o reparar los desperfectos. En una
cofradía, en 1942 se presentó un presupuesto de 1.250 pesetas, calculando lo
usado el año anterior con una subida de dos tercios. Pero pasada la Semana
Santa, y al ir a pagar se produjo un conflicto con la casa proveedora al
considerar la cofradía que se les había servido menos cirios que los que
señalaban y que por lo tanto no habían gastado lo que estimaba la fábrica de
cerería (163 kilos y medio por cierto).
Entre las diferentes disputas que
quedaron manifiestamente escritas en este conflicto hace gracia el párrafo de
una misiva, que a muchos parroquianos de esta ciudad les encantará, y que decía: “Le
juzgaba suficientemente informado de cómo anda este negocio nuestro. Esta
impresión se desvanecerá cuando sepa que en Sevilla han pagado los cofrades
según rumores a razón de 100 pesetas cada uno por consumo de cera (y esta cifra
si que es impresionante) mientras que nosotros no llegamos ni a 16 pesetas,
cantidad que no alcanza el presupuesto previsto”.
Ante esto, la Casa Clavería, que
era la suministradora, se vio empujada a decir que “desgraciadamente éste será
el último año que se llevan hachas si las circunstancias no cambian”, y a
cambio ponían a disposición de las cofradías “un modelo de hacha simulada patentado
que creo ha de llenar las aspiraciones de cuantos deseen adoptar ese sistema “
Al año siguiente esto sería una realidad y la Casa Quintana ofreció un modelo
de hacha cuyo precio era de 40 pesetas, incluida la instalación eléctrica
Lo dicho, visita San Cayetano 3 y
su exposición “Aromas de Pasión”. Conforme te vas acercando las esquinas del
cierzo te los van trayendo. Y tampoco es una metáfora.
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