En el lenguaje popular de la Cantabria montañesa, corro es el
lugar cercado y rodeado de frondosos árboles, donde se juega a los bolos pero
también donde acudir a al baile. Se ubicaban en la plaza del pueblo o cerca de
la iglesia para que sus campanas marcaran el final de la misa y el comienzo del
juego de los bolos. El tiro de las bolas obligaba a delimitar el recinto del
juego, con paredes de piedra que dieron lugar a las boleras tradicionales.
Campios es uno de los barrios más típicos de Comillas;
encaramado en una de las zonas altas de la villa, a través de sus calles
irregulares desembocamos en el Corro, también desde la plaza del Ayuntamiento o
desde la de los Arzobispos. Allí confluyen los paseos, los bailes domingueros y
se practicaba el juego de los bolos. Hasta el Rey Alfonso XIII, lanzo unas
bolas en este corro, acercándose desde la contigua Casa Ocejo durante su veraneo
de 1881.
Lugar donde se toma el pulso al tiempo. Las hojas de los
castaños del paso de las estaciones, el mayor o menor número de viandantes la
hora del día o el mes del año. El nombre de la propia plaza, de José Antonio a
Campíos, al paso de ideologías imperantes. E incluso ha puesto el termómetro de
la burbuja del ladrillo y la posterior crisis. Lo que en décadas pasadas eran terrazas,
veladores y restaurantes, se convirtieron a comienzos del siglo XXI en agencias
inmobiliarias. Desde un tiempo a esta parte se vuelve a disfrutar de esas
terrazas con rabas, chopitos, sardinas, sartenes, cocidos……. Además del SAMOVY, de la chocolatería
Campíos, de los helados REGMA, de los Castaños…….
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