Calatañazor atestigua el paso de los siglos por todas sus calles empedradas, sus tapias de barro y paja, sus chimeneas pinariegas.....
En mayo de 1922 Gerardo Diego escribía "Azor, Calatañazor, juguete, tu puerta, ojiva menor, es tan estrecha que no entra un moro, jinete, y a pie, no cabe una flecha".
Una antigua canción infantil preguntaba por qué el "Gran Almanzor tocaba el tambor". En Calatañazor fue donde lo perdió y una estatua, en una de las plazas de esta singular población de Castilla, recuerda al ínclito caudillo del Califato de Córdoba.
Pdta: Alguno leerá "caudillo" y "Castilla" y le entrarán arrebatos de firmas para solicitar la retirada del busto
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