A un olmo seco, el del camino a uno de los cementerios sorianos, le dedicó Machado uno de sus poemas más conocidos. Y secos están más del 90% de los olmos de Europa tras sufrir a lo largo del siglo XX la grafiosis, una plaga que provoca el colapso de los vasos conductores de la savia. Los de la foto son los ejemplares centenarios de la ermita de San Bartolomé, en el corazón del Cañón del rio Lobos
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