Las más importantes festividades de la Iglesia Católica ponen el punto final a nuestra Semana Santa y a este epistolario que me encanta enviarte para compartir contigo nuestra Pasión.
Sábado de sepulcros y de silencios. De sonidos de campanas, de velos y de soga acompañando a la Congregación de Esclavas en su discurrir de San Pablo a San Cayetano y de allí al Monasterio de la Resurrección.
Con ellas visitamos los sepulcros, el de la Sangre de Cristo y el del Monasterio citado. El de la Sangre de Cristo siempre lleno de sorpresas en una puesta de escena cada año distinta pero siempre sorprendente. Solo hay que comparar las fotos de cada año pero siempre con el Cristo de la Cama y la Dolorosa de la Sangre de Cristo como protagonistas. Y en esta ocasión con un paño antiguo rescatado del patrimonio de la Real Hermandad. Durante todo el día las filas de cofradías, hermandades y asociaciones, así como los fieles, van entrando a rendir honores y culto. Sin olvidarnos a la Guardia Romana, siempre centinela y celosa de su Cristo. Por cierto, ¿Y la Sección de la Cama?. Con los miembros tan elegantes que tienen y que su hábito aún les hace más, anda que no darían aún más empaque a la estampa efectista y sugerente del sepulcro. No llegamos a los niveles del Jueves Santo pero todo llegará.
En el otro sepulcro, el más antiguo documentado que nos remonta al siglo XIV, una pena el no poder acceder al verdadero, al que se visitaba cuando uno era pequeño (de edad), insertado en el hueco de una de las torres de la muralla romana en la sala capitular del Monasterio.
Y por la tarde la Solemne procesión del Cristo Yacente por las calles de la Magdalena por la Cofradía del Santo Sepulcro, pero también la de la Vigilia, que iniciándose en San Cayetano bajo la batuta del cristo Resucitado nos ha conducido a la celebración de la Pascua en el Pilar. Tambores de todas las cofradía, estandartes y representantes de las mismas nos han conducido hasta el Domingo de Resurrección, para terminar este semana de Pasión con la Procesión del Encuentro Glorioso.
Y mientras la procesión salía, San Cayetano se desmontaba. Y mientras sonaban las jotas en el Pilar otros pasos eran conducidos a sus lugares de guardar. Y mientras los redobles tomaban la dirección del Colegio de los Agustinos..... uno iba pensando en como poner fin a esta historia, deseando que la pasión y la inspiración nos siga acompañando.
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