domingo, 25 de enero de 2015

CARTAS COFRADES 2015-II: "Leciñena" o "la de Ignacio"

(Foto colección Jorge Navarro del Cacho)
Como "nadie hablará de nosotros cuando hayamos muerto" hablemos de los nuestros y de lo nuestro mientras quedemos algunos. 

Hoy hemos comenzado a ensayar. Como viene siendo habitual en los últimos tiempos, el marcaje de "Leciñena" disuelve las conversaciones y los primeros saludos de los más puntuales para que cada uno se coloque en su sección conformando  el gran círculo de los días iniciales. "Leciñena", o "la de Ignacio". ya quedan pocos que la conocen por ese nombre; menos aún quienes llegaron a conocer a Bailo. Y solo uno de los que hoy estaban que tocara con él (y ni siquiera cuando le han preguntado ha sabido responder a la pregunta por qué se llama Leciñena).

Algo tendrá esta marcha en el repertorio de la Dolorosa de manera ininterrumpida desde hace casi 40 años. Solo le superan en antigüedad "la cortada" y "las siete marchas" como toques de autor (Morata), siendo muchas las marchas que no han sobrevivido al paso del tiempo (alguna ni siquiera un año). Y eso que es una marcha sencilla, de las de repetición, de apenas 15 segundos, de composición clásica y de ritmo al más puro estilo "bajoaragón". "Un poema de dos estrofas y rima ABAB".

Es por estas características un toque muy recurrente durante la procesión por la posibilidad que ofrece de ser cortado en el momento necesario. Y su "segunda estrofa" se incluye en una de las marchas insignia, "Aniversario" (1982. Que también tendría el sobrenombre de "Abadía" sino hubiera existido ya una marcha con ese nombre, de 1981, y que no ha llegado a nuestros días, pero no se olvida).

El caso es que "Leciñena" fue creada en y para el Descendimiento en los años 60-70, donde Ignacio Bailo lo fue todo y, junto a Julio Lázaro, creador de marchas tan significativas para la "cofradía del Colegio" como "el gordo y el flaco", "fuerte y floja" y "Contragolpe".

Y por esas cosas que pasan en las cofradías, en 1976 ficha, junto a sus inseparables Julito y Jorge Navarro del Cacho, por tradición familiar y profesional, por la cofradía de los Comerciantes e Industriales. Y aquí, junto a otros "tambores autoctonos" (Ricardo Navarro, Abadía, Saldaña... también Armando Ortiz..... y sus novias y/o mujeres... más jóvenes cachorros de nuevas generaciones como Vicente Gracia....) formaron el grupo fuerte necesario en aquellos años 80 de cambio para tirar de la sección adelante y dotarle de presencia en Junta de Gobierno a la cual terminaron accediendo en tropel y modernizando las estructuras. Algo tendrían entonces, que eran foco de atracción de los nuevos, cuando a finales de los 70 todos ellos eran los únicos que lucían tambores plateados sin los característicos aros negros de madera. Siempre tiene que haber un grupo fuerte que atraiga al resto......

El año pasado al presentarse el "libro de los tambores" se explicaba que en sus páginas no se nombraba a nadie ante el riesgo de ser injusto con tantos y tantos que han contribuido a llenar de oración y tradición 75 años con tambores nuestra Semana Santa, construyendo "una cultura de tambor". Ignacio Bailo, que también lo fue todo en la Dolorosa, falleció el pasado 18 de diciembre. Y merecería estar en ese libro. Las palabras que escribiera de él Jorge Navarro ese mismo día servirían, al recordarlo como un maestro del que, sin ser un virtuoso de las baquetas, se aprendía por su sentido de la responsabilidad , de la autoridad, del respeto y del buen hacer, como demostrara en las dos secciones de tambores que dirigió. Y si a Jorge Navarro (redoblador top con la mejor izquierda que puedes imaginar), lo escogió Ignacio para marcar y redoblar junto a él con apenas 11 años en el Descendimiento, lo mismo debió ver en Charli con 12 años, cuando en su primer año en la sección ensayando en CAYTASA (para situarte entre el Picarral y lo que hoy es Salvador Allende), Ignacio se llevo a su casa el viejo tambor que le había dejado la cofradía y le puso un bordonero superior de su bolsillo.

Creador de marchas, autoridad en los ensayos, oficina de la cofradía en su Sala Libros de la calle Fuenclara, descubridor de jóvenes talentos, animador de viajes a Hijar, a Albalate, a Samper...... Motivos suficiente para que este año nos acordemos de él cada vez que marquemos "Leciñena" o "la de Ignacio".



(Colección Jorge Navarro)








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