Hoy se cumplen 100 años de la publicación de "Platero y yo". No he conocido un burro que "parezca de algodón", salvo el de las sábanas "El Burrito Blanco", y el muñeco de regalo era de plástico.
Tampoco he pasado del primer párrafo de la narración, ese que nos metían en la cabeza desde parvulitos, a pesar de no ser un libro para niños pues su contenido encierra cierta crítica social. El caso es que es el segundo título en castellano tras el Quijote en número de traducciones.
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