viernes, 31 de octubre de 2014

Noche de Todos los Santos



Rodeados de calabazas sonrientes, concursos de disfraces en bares y discotecas y cutres botellones en Montecanal, evocamos el romanticismo para unos y la espiritualidad que para algunos guardaba la noche de todos los Santos leyendo los "Jardines místicos" de hace 110 años de Juan Ramón Jiménez.

Viento negro, luna blanca.
Noche de Todos los Santos.
Frío. Las campanas todas
de la tierra están doblando.


El cielo, duro. Y su fondo
da un azul iluminado
de abajo, al romanticismo
de los secos campanarios.


Faroles, flores, coronas
– ¡campanas que están doblando! –
…Viento largo, luna grande,
noche de Todos los Santos.


…Yo voy muerto, por la luz
agria de las calles; llamo
con todo el cuerpo a la vida;
quiero que me quieran; hablo
a todos los que me han hecho
mudo, y hablo sollozando,
roja de amor esta sangre
desdeñosa de mis labios.


¡Y quiero ser otro, y quiero
tener corazón, y brazos
infinitos, y sonrisas
inmensas, para los llantos
aquellos que dieron lágrimas
por mi culpa!


…Pero, ¿acaso
puede hablar de sus rosales
un corazón sepulcrado?
– ¡Corazón, estás bien muerto!
¡Mañana es tu aniversario! –

 Sentimentalismo, frío.
La ciudad está doblando.
Luna blanca, viento negro.
Noche de Todos los Santos.

(Jardines místicos)

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