Pues esto se ha acabado. Una Semana Santa más para el recuerdo, y de esta seguro que no nos olvidamos a no ser que venga otra peor, climatologicamente hablando, cosa que no deseamos.
No olvidaremos, y con el paso del tiempo nos quedaremos con ese Domingo de Ramos que cumplió el guión establecido, o un Jueves Santo completo como hacía años que no teníamos, con esos momentos especiales y distintos que todos vivimos cuando se suspendían nuestras procesiones.
No olvidaremos lo especial que resultó la procesión de la Entrada de Jesús en Jerusalén en las conmemoraciones de su setenta y cinco aniversario.
¡Como vamos a olvidar el sueño cumplido de la Institución de la Sagrada Eucaristía!, conseguir que sus pasos anden rodeados de ornamentos y figuras que confieren a la comitiva de empaque y elegancia.
Tampoco olvidaremos la presencia del Señor Arzobispo bendiciendo la restauración del paso del Huerto de los olivos, y las ganas de salir que la cofradía de la Oración mostraba en el atrio del Portillo al son de la banda de música y de sus tambores.
Cuando nuestras procesiones estrenan un nuevo paso es motivo de celebración y de marcar fecha en el calendario. No olvidaremos por eso la procesión del Prendimiento y de su nuevo Cristo cautivo. Tampoco olvidaremos al Cristo Prendido que acompañabais desde 1993. Los pasos que se retiran nunca se olvidan
Las procesiones de la Humildad y de María Santísima del Dulce Nombre nunca se olvidan.Y como el paso del tiempo ocasiona ya relevos en la historia de los capataces zaragozanos, siempre tendremos un hueco para Carlos y Enrique.
No olvidaremos que el Señor atado a la Columna reformó el paso de Nuestra Señora de la Fraternidad en el Mayor Dolor para que la Virgen fuera escoltada por los doce varales. Como también, por un cúmulo de visicitudes, que el paso de misterio no iba al completo, aunque muchos no nos dimos ni cuenta. De lo que es imposible no darse cuenta es de su redoble final.
Y si hay Jueves Santo hay Coronación de Espinas, mañana y tarde.Si no los ves terminar o salir de la Seo es como ver un continuum si serlo, y doy fe que, al que no lo sabe les sorprende.
Ver al Ecce Homo por la mañana es algo que no se puede olvidar. Para algunos la única posibilidad de verlos. No hay mal que por bien no venga.
Y si el paso de la Humillación estrenaba remodelación de greca, no olvidaremos para el año que viene que la Virgen de la Amargura se quedó sin estrenarla.
Recordaremos el Viacrucis de los Nazarenos en el interior de San Miguel, y como tuvieron que realizar una procesión por el camino más corto a San Cayetano.
No olvidaremos el Lunes Santo dentro de Santa Engracia ni ver a Jesús Camino del Calvario a la luz del día de Jueves Santo mostrando orgullosos su nueva peana, la de la primera caída, y como la Guardia Romana salió a buscar a Cristo con la Cruz a cuestas hasta la iglesia de la Santa Cruz para escoltarlo a San Cayetano.
Recordemos el nuevo guión de Jesús abrazado a la Cruz a la que esperaremos el próximo Martes Santo en San Cayetano por primera vez.
Por fin pudimos ver llegar desde el Barrio Oliver a la Virgen de Nuestra Señora del Perdón en las primeras horas del Viernes Santo, con una plaza abarrtada de público expectante en la merecida despedida que los cofrades de la Llegada al Calvario dedica a sus pasos.
Y que decir de la Hermandad de Cristo Despojado. Desde 2007 no están teniendo suerte con el tiempo, y merecieron la tarde de Jueves Santo que tuvieron para, al compás de los toques de la banda de cornetas y tambores de la Agrupación Musical, abrir camino entre el gentío de gente que esa tarde abarrotaba todas las aceras.
La Exaltación cumplía 25 años, que hemos cumplido con ella. Una nueva marcha, "Santa Gema" nos lo recordaba, como todos recordamos con ellos a los que nos han dejado al final de su procesión.
No olvidaremos la predicación de las Siete Palabras de nuevo bajo la lluvia, que ha aparecido en su dos procesiones porque al año que viene no va a querer acudir a la celebración de los 75 años de tambores en Zaragoza.
Recordaremos al Silencio acompañado de una capilla musical, deseando que las crisis no acaben con las heráldicas y de está salgan fortalecidas.
No olvidaremos el debut en Semana Santa de una nueva Banda de Tambores y Cornetas, la de San Pablo acompañando a la Crucifixión. El hábito franciscano inconscientemente nos unía al nuevo Papa.
Y lo mismo nos pasaba con el Descendimiento, recorriendo con el orgullo de la más grande sección de tambores en un solo grupo las principales calles del Casco Viejo zaragozano.
A la Piedad nunca la olvidamos. Imposible, para todos siempre está ahí, llueva o no llueva.
Y desde que el Sábado Santo fue recuperado para los cofrades con la visita al Sepulcro, la procesión de la Congregación de Esclavas gana en presencia y protagonismo. Imprescindibles en su visita al Cristo de la Cama.
Y como olvidar que la Dolorosa no salió el Miércoles Santo. Lo que no ocurrió en décadas, en la de los años diez del siglo XXI comienza a ser demasiado habitual.
Lo que es seguro que no olvidaremos es el sepulcro de la Sangre de Cristo, con la imagen mostrando la desnudez de su talla bajo palio y junto a la Virgen Dolorosa. Descubrirlo sin saberlo sorprendía.
La Hermandad de Cristo Resucitado ha cerrado nuestros desfiles. Día triste para nuestra parte cofrade, pero alegre para el todo católico. Sin el día de hoy no tendría sentido el resto. ¿O acaso no ves lo contentos que van los cofrades de la Resurrección?
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