Una aldea al lado de Salas de los Infantes (Burgos) de la que nunca hubiéramos sabido de no ser porque allí nació una bisabuela de mis hijas. Fiesta del Carmen, siempre una buena excusa para pasar allí la jornada y disfrutar de la subasta de la peana, de la procesión, del baile, de las garrapiñadas y del vermut y de la merienda. También para contemplar el puente (dicen que romano), la ruinas del castillo, la iglesia y su magnífica pila bautismal y visitar el molino familiar. Un día de otra época, de otros tiempos.
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