En el corazón de Urbión Machado canta la leyenda de Alvargonzález, y Gerardo diego le sigue los pasos y los versos, mientras una laguna, rodeada de farallones, se sumerge en el vértigo de la leyenda. Las fantasías cuentan que se prolonga hasta el mar, como nuestro querido Pozo de San Lázaro.
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