"Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: "No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace." San Lucas 2, 8-12
En las afueras de Belén nos encontramos con este rincón donde los pastores son los protagonistas. En un primer termino tenemos dos de la serie de figuras compradas en la plaza de las Canteras. Son de las más bonitas y están acompañadas de tres ovejas. El otro día se me olvidó decir que estas figuras proceden de Puente Tocinos (Murcia) y que me costaron 1.250 pesetas cada una. En el sector belenista, Murcia es sin duda la mayor potencia nacional, localizándose los principales artesanos en su mayoría en la pedanía de Puente Tocinos y alrededores.
Cerca de los pastores encontramos a la samaritana, imprescindible en todo belén que se precie y en toda procesión de Domingo de Ramos, al menos en la de Zaragoza. Es de la misma colección y se dirige hacia un pozo de piedra que compre en un mercado medieval de San Estebán de la Litera, cuando íbamos algún domingo de agosto a la casona que tenía la familia de Manuela.
En un segundo plano divisamos el redil de las ovejas. Esta hecho con piedras de Navaleno, y lo construí el primer año que pasamos en Comillas en la casa de Meli (septiembre de 2000). La cerca de palos que cierra la puerta fue un regalo de Miguel Ausejo al más puro estilo scouts, hecha con palos de Sandinies. A su lado se amontonan unos troncos que no dejan de ser sino ramas de pino pinastre de los montes sorianos.
Por último, al fondo de la composición están los pastores protagonistas de la anunciación de los ángeles. Se refugian en una cueva montada con un decorado que trajo mi madre comprado en el mercadillo navideño de Sevilla el año que Carlos la llevó un puente de la Inmaculada. Estos pastores están comprados en la tienda de la Almozara (la que antiguamente estaba en la calle Torrenueva), y son de una escala menor para aparentar lejanía y profundidad. El conjunto de cuatro pastores y un ángel costó unos 40 euros, y también son de procedencia murciana, de Artesanías Serrano, casa fundada en 1913.
El fuego está comprado en el Todo a 100 de la calle Hernan Cortes, costó 6 euros y lleva una bombilla tintineante. Un huerto completa el rincón, con tierra de las macetas, en donde hemos plantado unas judías a las que hemos terminado talando no vaya a ser que acabemos en el castillo del ogro en las nubes.
El suelo multicolor presenta tierra de las macetas, perejil, oregano, serrín de corcho y piedras cogidas prestadas en el jardín de la casa de al lado de la de Comillas.
Banda Sonora de esta escena: "Pastores venid, pastores llegad, adorad al niño que ha nacido ya" |
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