Este año hay agua por todos los lados. El pasado vivíamos bajo una pertinaz sequía cuando España
afrontó el verano con el menor nivel de agua embalsada desde 1995. Sin embargo, desde enero, agua bendita, que no solamente ha llenado acuíferos si no también pantanos. Las piedras que ves emerger en la postal hace doce meses era un frontón, un acantilado de la Playa Pita. De todas formas, esta historia ya te la he contado porque no es nueva. Y si los embalses se secan es porque hay embalses, que están para eso, para llenarse con las vacas gordas en espera de las flacas, como en el sueño de José. Es lo que tiene vivir en un lugar tan privilegiado como la Península Ibérica (y lo digo sin ironía porque me lo creo)
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