sábado, 22 de febrero de 2014

CARTAS COFRADES 2014-IV: Manifestación


Apetece hablar de tambores. Como no va a apetecer cuando en torno a ellos se juntan a diario a ensayar cientos de cofrades zaragozanos de todas las edades. Y más que apetece este año que estamos de celebración, como nos recuerda la exposición de las Siete Palabras, el anuncio de la próxima presentación de un libro editado por la Junta Coordinadora o la Gala de la anterior semana.

Al acabar ésta se montó una improvisada recena de "tambores" de casi todos los colores en Almau donde las conversaciones giraban sobre mazas y baquetas y se pasaba de la "Escocesa" a "Pandereta", del "Swing" a la "India", de "Leciñena" a la "Paradinha"  o de "Churchill" a "Fuerte y floja".

Y hablando de marchas, Vicente Gracia Forcén, en plan "sanedrín", dictaba sentencia y doctorado afirmando que la calle Manifestación merecería lucir una placa, entre la bocacalle con Loscos y el Picadillo, que plasmara algo así como "en este punto se recoge la esencia de los tambores de Zaragoza".

Dejas de comer croquetas y digieres el aforismo "vicentino". Cierto, por Manifestación, tarde o temprano, pasan todas las cofradías en algún momento camino de San Cayetano, aunque solo sea en el Santo Entierro, (tal vez la Llegada al Calvario sea la única que con procesión propia con final en San Cayetano acceda por el otro lado de Manifestación). Y así, desde los primeros alegres compases de la Calandina "entrando en Jerusalén" a las últimas y sobrias lentas de la Soledad, por ahí se marcan muchas de las marchas más representativas de nuestras cofradías. Un espectador del Santo Entierro apostado en ese tramo se llevará una impresión del conjunto patrimonial sonoro de nuestra Semana Santa.

Eso se respira en Manifestación. El remitente de esta carta juntó sus primeras letras cofrades en el programa de su cofradía de 1990 (el de aquella portada en que la vista se te iba a un enchufe) y ya tenía eso presente cuando con palabras un tanto cursis decía aquello de "....la calle Manifestación se balancea de un lado a otro cuando, y como un solo cuerpo, es atravesada por los tambores de...."

Habrá otras calles, otros momentos especiales para cada cofradía y para cada uno de los cofrades, pero en conjunto, como común denominador, por la arteria de Manifestación corre el ADN del tambor (el mismo ADN de nuestra Semana Santa) camino hacia el corazón de San Cayetano. Si, ya se que lo que conduce la sangre al corazón son las venas y no las arterias, pero como este término también es sinónimo de calle, la metáfora me quedaba en sintonía con el programa de 1990... de lo más cursi.

Lo dicho. Habrá otros momentos, otros lugares, pero cuando uno ha recorrido Manifestación de vuelta a San Cayetano 79 veces (solo y solo la lluvia ha impedido que fueran más) y en todas ellas tocando lo mismo, "la cortada", es que forma parte de tu ADN cofrade. Por eso nunca nadie se ha planteado tocar por ahí otra cosa. Y este mismo que ha tocado al lado o por detrás de todos sus redobladores, hasta ha visto jalear y animar desde las aceras a alguno de ellos al más puro estilo de otro tipo de "manifestaciones procesionales". Y es que, el que espera la procesión por ese punto no desea otro toque. Lo contrario sería defraudarle. Pasa como con la Marcha Radetzky del concierto de Año Nuevo, no está en el programa pero se sabe que se va a ejecutar. "La Cortada" se conoce donde y cuando se va a marcar pero siempre emociona oír la orden del jefe de la sección, en voz baja, inaudible dos filas más atrás, al redoblador "Fulano.... la cortada". Tenía razón el presentador de la Gala del Tambor Diego Peña. Esta cofradía se quedó en "La Lenta".

Pdta: Una vez más, esta carta, como todas las demás, no deja de ser un mero divertimento personal, sin aspiraciones a elevarse a categoría de nada. Tu podrías escribir la tuya. Cada cofrade podría escribir la suya en términos parecidos o distintos, incluso poniendo a parir a los tambores ya los que tocan los tambores, pero todas mostrarían esa pléyade de liturgias y ceremonias, de mística, de vivencias y de leyes no escritas que no figurarán en ningún libro de historia pero que estamos siendo capaces de transmitir de generación en generación, dotando a nuestra joven tradición de mitos, cuentos y leyendas.

Y si se pudo erigir un Monumento en la misma plaza del Justicia ¿no se va a poder colocar una sencilla placa en Manifestación?

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