viernes, 15 de julio de 2011

AL NORTE DEL RIO LOBOS VII: Montana belle


Aunque ni el título ni la película tienen nada que ver con las montañas, el western protagonizado por la exuberante Jane Russell en 1952, Montana Belle, me sirve para hablar de ellas. Al norte del rio Lobos, en la sierra de la Demanda nos reencontramos con la mochila, las botas, las pedrizas y las cumbres con niños y adolescentes como en los viejos tiempo de Gistaín.

Aquí la montaña más bella es el Pico Urbión y sus 2229 metros (aunque en el corazón lo siga siendo el Posets desde Viadós), y en estos días de película del oeste que llevamos, ya hemos hecho dos cumbres: el mencionado Urbión y el pico Campiña (2049 metros).

El Urbión lo atacamos desde Duruelo, por la pista que lleva al paraje singular de Castroviejo (una ciudad encantada a lo soriano), pasando por el nacimiento del rio Duero. Una subida por la que recorres todos los pisos alpinos e incluso tocas nieve en las zonas de umbría. También podríamos haber subido por la Laguna Negra, pero eso lo dejamos para otro día. En la cumbre del Urbión la vista alcanza las estribaciones de nuestro añorado Pirineo, los Montes de Oca y la sierra de Ayllón. O por lo menos eso me dice mi cuñado Pepe. Y si él lo dice…..

El otro pico, el Campiña, lo atacamos el día que fuimos a las Lagunas de Neila, pues es la cumbre más elevada de esa sierra, buscando el camino a otro singular paraje, el de las Calderas a donde solo accedieron 3 expedicionarios. El paisaje desde esta cumbre también es magnífico pues contemplas toda la Sierra de Urbión y de la Demanda, además de situarte por encima de todas las lagunas glaciares de Neila que ya conté en otra película.


Por cierto. Hay cosas que no cambian haciendo monte con adolescente. Pero otras en cambio si. Quien podía imaginarse hace años que uno hiciera montaña con una camiseta de la selección española (aunque hace 30 años el Ranera-de los Ranera de toda la vida- llevara las medias de la selección en Argentina 78, en todas las marchas por Gistaín, esas medias negras con la vuelta con la enseña nacional, perdón, estatal). Por otro lado, los móviles. Odio los móviles, en manos de críos invento satánico, sobre todo cuando cada uno lleva el suyo y se pone a escuchar música con él rompiendo los sonidos del silencio. Si por lo menos todos escucharan lo mismo, y no fuera rap.

Accesibles y bellas montañas. Lo que no encontramos es una Montana Belle.

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